Después del final de la primera temporada, donde Sarah Manning esta frente a la ventana de la habitación de su hija gritando su nombre. Tuvimos que esperar mucho tiempo para saber que paso.
Recordemos a los clones: Sarah, huérfana con oscuro pasado y madre de una niña, Kira; Alison, una ama de casa desesperada; Cosima, licenciada en desarrollo evolutivo; Helena, una fanática y psicópata asesina ucraniana; y Rachel Duncan, ejecutiva del Instituto Dyad, organización dueña de la patente de los clones.
Con esto vemos a Tatiana Maslany con un protagonismo brillante. 6 clones. 6 personajes diferentes. 6 personalidades. Sencillamente maravillosa.
La historia de la segunda temporada va mejorando en cada capítulos, mostrando nuevos personajes y mejores tramas, incluyendo nuevos villanos, un espeluznante culto, los prolethean, cuya visión del mundo es una extraña mezcla de ciencia y religión, que parecen estar enfrentados a los neoevolucionistas del Instituto Dyad, y que tienen unos objetivos muy concretos principalmente enfocados en Helena, que ahora se paso al bando de los buenos.
Y con un final de temporada adictivo, solo hace que nos den ganas de esperar la tercera.