Cuenta la leyenda que la luna tuvo un amante, con quien compartía hermosas noches. Tristán, su padre, se puso celoso y quiso la Luna para él solo. Entonces pensó una estrategia: le pidió a su yerno que bajara a buscarle unas flores a la luna, y éste, para complacer a su amada lo hizo encantado, pero estando en la tierra se dió cuenta que los espíritus que abandonaban el cielo no podían volver. El pobre amante de la luna cayó por inocente, y desde entonces no hace más que ahullar su impotencia, cada vez que la observa en todo su esplendor. Este espíritu, amante de la luna, se llama… Wolverine.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario